Traumatismo de cráneo

El traumatismo encéfalocraneano (TEC) es una consulta frecuente en la práctica neuroquirúrgica. Dicho evento comprende la transmisión deliberada de energía cinética al contenido del cráneo. Desde ya, hay tantos traumatismos como personas. No todos poseen el mismo mecanismo ni intensidad, y aunque fueran parecidos, no todos los traumatismos seguirán el mismo curso evolutivo. Los mecanismo inflamatorios que se “disparan” en el cerebro podrán general algún grado de disfunción cerebral que va desde mínima hasta severa e incluso mortal en casos extremos. Los traumatismos de cráneo pueden contener hemorragias cerebrales, fracturas de cráneo, fístulas de líquido cefalorraquídeo y demás lesiones que ameritarán una conducta rápida e invasiva.

Lo mas frecuente en la consulta son los traumatismos de cráneo menores, o los llamados “TEC mínimos”, abundantes en niños, deportistas, personas bajo el efecto de algún medicamento, alcohol o droga y personas con algún grado de dificultad en la movilización. Estas lesiones son menores, se reconocen por el médico de guardia y habitualmente no necesitan de mayores estudios y cuidados. Bastará con un interrogatorio y un examen neurológico básico para descartar la posibilidad de padecer una lesión grave. Habitualmente el paciente se encuentra lúcido, no ha perdido la conciencia en el evento y recuerda todo lo ocurrido. Ante la presencia de algún factor que preocupe al médico (coagulopatías, estigmas en cuero cabelludo, etc.) se podrán hacer estudios como una radiografía cervical, o de cráneo para descartar fracturas o bien una tomografía de cerebro. Habitualmente, con algunas pautas de alarma, y un control con su médico de cabecera, el paciente es enviado a domicilio. En los días subsiguientes a un traumatismo de cráneo menor, es posible que aparezcan contracturas musculares, dolor de cabeza, mareos, etc. Estas interferencias serán tratadas por los especialistas.

Cuando la energía empleada en el trauma es mayor, los pacientes están en riesgo de tener una lesión intracraneana. Habitualmente hay pérdida de la conciencia inmediata al traumatismo, amnesia del hecho (el paciente no recuerda que pasó) o un estado confusional prolongado. Esto amerita la consulta de urgencia a un centro de salud.

Los TEC se clasifican según el estado neurológico del paciente al momento del ingreso al Hospital o centro asistencial, y se utiliza una escala muy común y útil en la práctica médica que se conoce como “Escala de coma de Glasgow”: Así, aquellos que se presenten lúcidos o levemente desorientados, se los clasifica como TEC LEVE. Estos pacientes requerirán una tomografía de cerebro y demás estudios según se sospechen lesiones asociadas. Lo ideal, si el estado del paciente lo permite, es hacer la tomografía a la 6ta hora del evento y si ésta es normal, el paciente podría retirarse a su domicilio con pautas estrictas de control. Pero si la tomografía muestra alguna lesión intracraneana y/o el paciente no ha vuelto a su estado normal, deberá permanecer en observación por al menos 24hs.

En los TEC MODERADOS, los pacientes se presentan con un estado de confusión mayor, prolongado. Ha menudo están desorientados y somnolientos en forma persistente. En ocasiones es necesario estimularlos fuertemente para que reaccionen o abran los ojos. En estos casos, la posibilidad estadística de una lesión intracraneana es elevada y el paciente debe ser admitido de inmediato a la unidad de emergencia y se le realizará una evaluación neurológica completa seguida de una tomografía de cerebro. Es habitual explorar otras áreas como columna vertebral y pelvis por la asociación frecuente de politraumatismos. La evaluación por un neurocirujano será probablemente necesaria. El paciente deberá permanecer internado, según la gravedad y la evolución del cuadro, pudiendo requerir cuidados intensivos.

El TEC GRAVE es una lesión cerebral severa, donde es altamente probable que haya una o varias lesiones intracraneanas asociadas: hematoma extradural, subdural, contusiones cerebrales, fracturas de base de cráneo, fístulas de líquido cefalorraquídeo, etc. El paciente ingresa en estado de coma, es decir: no responde conscientemente a estímulos de ningún tipo. Incluso puede presentar reflejos o posturas anómalas que indican un daño cerebral en curso. El pronóstico de estos traumatismos es grave y requieren de un esfuerzo coordinado muy importante tanto de terapia intensiva como de neurocirugía. Mundialmente se estima que la mortalidad del traumatismo de cráneo grave es del 25-35%, y una importante parte restante de los pacientes presentan secuelas neurológicas graves. Por ello, hacemos especial hincapié en la necesidad de implementar un tratamiento adecuado en centros de alta complejidad y entrenamiento en este tipo de patologías, especialmente en las primeras horas del trauma, cuando los mecanismos tóxicos del cerebro se encuentra en plena activación y el cerebro está especialmente vulnerable. En terapia intensiva, el paciente deberá recibir cuidados para mantener el adecuado funcionamiento de sus órganos y medidas para proteger al cerebro del daño tóxico de la inflamación (edema cerebral). Requerirá múltiples formas de monitoreo, de la presión, arterial, oxigenación de la sangre, función de cardíaca, pulmonar, renal, hepática, etc. Así mismo, es probable que requiera el monitoreo de la presión dentro del cráneo (PIC), y eventualmente la necesidad de una cirugía de urgencia, ante la presencia de un hematoma importante o de un aumento considerable de la PIC que no responde a el tratamiento médico instaurado.